- tímpano
- dintel o arquitrabe
- arquivoltas
- parteluz
- derrame de columnas
- puerta
Videos sobre la arquitectura Románica:
El castillo medieval (video):
Es el arte característico del Occidente cristiano que sucede cronológicamente al románico. Nace ya en el siglo XII, coexistiendo con el estilo dominante –románico–; su máximo esplendor se produjo entre el siglo XIII y las primeras décadas del XVI y adoptó múltiples variantes regionales.
La abadía de Saint Denis (île de France) es considerada el primer edificio gótico y el centro de irradiación de este estilo hacia todo el Occidente cristiano. Occidente ha ampliado su dominio geográfico: prácticamente toda la península Ibérica está en manos cristianas.
La característica más destacada de la arquitectura gótica es su verticalidad y ligereza. Sus elementos distintivos son el arco apuntado (u ojival) y la bóveda de crucería.
Aunque siguen construyéndose pequeños templos, el edificio religioso gótico por excelencia es la catedral.
Planta basilical con crucero (intersección de la nave central con las perpendiculares a ésta); cabecera o testero, donde se sitúa el presbiterio, rodeado por una girola o deambulatorio al que se abren capillas radiales.
En cuanto a los soportes, un nuevo sistema constructivo resta importancia a los muros; éstos no deben sostener grandes pesos, ya que la cubierta es más ligera y descansa por tramos en pilares cilíndricos con o sin columnillas adosadas y baquetones (molduras) que acaban sustituyendo a los capiteles.
En el exterior de los muros, un complejo sistema de contrafuertes (o estribos), arbotantes (o arcos botareles) y pináculos contrarresta el empuje de las bóvedas. En el interior, se superponen diversos niveles –normalmente cuatro–; de abajo a arriba: nivel de arcadas y soportes, galería o tribuna, triforio y ventanales con elegantes vidrieras. En el interior de la catedral gótica aparece bañado de luz multicolor y ligero como un calado.
Las cubiertas son bóvedas de crucería con esqueleto de nervios que se cruzan en el centro en la clave de bóveda. Cada tramo, entre pilar y pilar, tiene su cubierta, delimitada por los arcos fajones (o perpiaños) y los formeros. Las superficies entre los nervios y los arcos que cierran la bóveda se denominan plementos (o entrepaños). Las bóvedas de crucería simple tienen cuatro elementos, pero con el número de nerviaciones crece también el de entrepaños (bóveda sexpartita, de terceletes, estrellada y de abanico). Los arcos, al principio apuntados, se van diversificando: alancetado, conopial, carpanel.
Las torres, situadas en la fachada, suelen estar coronadas por agujas altísimas. Se construyen también torres en los extremos del crucero y sobre éste. Todo ello, añadido a los arbotantes, pináculos, etc., confiere a las catedrales góticas su monumentalidad, que domina las ciudades y las dota, mediante su perfil característico, de personalidad.
En cuanto a las fachadas, la principal es la de los pies del templo. La portada está profusamente adornada con esculturas; la fachada se completa mediante ventanas lanceoladas, rosetones, galerías. Todos estos elementos quedan a distintos niveles, contrastando su alineación horizontal con la verticalidad que le confieren las agujas de las torres, los pináculos, los arcos apuntados y los gabletes.
Es característica la fachada de la catedral de Milán (del gótico tardío o internacional) (foto abajo).
Además de las catedrales ya citadas, son góticas, en Francia, Notre Dame de París, de Chartres, Reims, Amiens, Beauvais. En Italia, Orvieto, Siena, Santa Maria dei Fiori (Florencia). En España, las catedrales de Cuenca, Burgos, León, Toledo, Barcelona y Santa María del Mar, la Seo antigua de Lleida, parte de la de Girona. En Inglaterra, Salisbury, Westminster y Wells (foto abajo).
Las de Estrasburgo, Lübeck, Colonia y Praga, en los territorios del antiguo Imperio germánico.
Otros edificios góticos
Los monasterios y, desde ellos, las órdenes religiosas propias de la época gótica (la reforma benedictina del Císter y las órdenes mendicantes de los franciscanos y dominicos) predican una austeridad que se transmite también a los edificios monacales, aunque con el tiempo, van enriqueciéndose en lo económico y en lo decorativo.
Su estructura y sus componentes son, en general, las de los monasterios románicos. Son importantísimos en España los de Poblet y Santes Creus, de estilo cisterciense, y el de Santa María de Pedralbes. En Portugal, el de Batalha.
La arquitectura civil gótica es muy rica y variada. El palacio o residencia señorial urbana es un edificio muy representativo del gótico civil (Palacio Real de Barcelona).
Los castillos van perdiendo su importancia defensiva y estratégica, aunque en la península Ibérica destacan los castillos de las órdenes militares. Los edificios sede del poder político (municipal, por ejemplo) proliferan; también los edificios comerciales (atarazanas, lonjas, etc.) y los hospitales. Muchas ciudades están amuralladas.
Castillo de Bellver
Mientras que los calificativos clásico, románico, gótico son posteriores a sus manifestaciones, Renacimiento fue la orgullosa autodenominación que los teóricos y artistas adoptaron durante el curso de lo que pretendían que fuese precisamente un re-nacimiento de los ideales estéticos del mundo grecorromano. Sus raíces, son embargo, deben buscarse en la edad media tardía, a la que despreciaban y contra la que aparentemente reaccionaban. Autores todavía medievales como Petrarca y Dante defendieron un retorno al antropocentrismo frente al teocentrismo cristiano medieval.
Quattrocento
A principios del siglo XV se produce en Florencia una transformación radical de la concepción, los modos y la función del arte. Un antecedente claro es Giotto. Los principales protagonistas de la ruptura fueron Filippo Brunelleschi, Arquitecto; Donatello, escultor; y Tomasso Masaccio, pintor.
El Renacimiento se inspira en la arquitectura romana, pero debe dar respuesta a otras necesidades (construir iglesias y palacios, sobre todo). Se adopta la planta central o la basilical. La construcción se basa en la proporción, la uniformidad, la perspectiva y el orden. La decoración prolifera al comienzo –grutescos, cintas, guirnaldas, bucráneos, etc. – pero desaparece progresivamente.
En cuanto a los soportes, se da gran importancia al muro; se realzan los sillares mediante almohadillado
(Palacio Ruccellai de Alberti)(foto izquierda) o esgrafiados (Santa Maria Novella).
Se vuelve al sistema de soportes de los órdenes clásicos, encontrándose columnas de cualquiera de ellos. La basílica de San Lorenzo (foto abajo)
en Florencia se construye con planta basilical y los soportes entre las naves son columnas de orden corintio coronadas por arcos de medio punto. Domina la horizontalidad, frente a la verticalidad gótica, y todas las paralelas confluyen en un punto siguiendo las leyes de la perspectiva. El magnífico pórtico del Hospital de los Inocentes de Brunelleschi, en Florencia, crea tradición.
Las cubiertas son bóvedas de cañón, de arista, crucería, baídas o rebajadas. Se recubren a menudo con casetones. Las cúpulas son con pechinas, sobre tambor, en el que se practican ventanas, y están rematadas por una linterna. Son ejemplos excelentes Santa Maria dei Fiore –el Duomo de Florencia– (foto arriba) y la capilla Pazzi, ambas de Brunelleschi.
Además de las obras ya citadas, Brunelleschi diseña y dirige la construcción de la iglesia del Santo Spirito e inicia las obras del palacio Pitti.
Leon Battista Alberti, autor de De re aedificatoria, construye según la sección áurea (a/b : b/S; siendo a + b igual a S) y utiliza las formas geométricas básicas: el cuadrado y el círculo. Son obras suyas la reforma de San Francesco de Rimini (también denominado templo malatestiano) y el palacio Rucellai de Florencia.
Cinquecento
El gran centro artístico fue Roma y el mayor mecenas, el papado; también las cortes de las monarquías emergentes promovieron el arte.
Se da una gran importancia al urbanismo y existe una preocupación por situar el edificio en el marco ambiental adecuado. Se conocen y dominan mejor las formas grecorromanas. Se presta gran atención a las cuestiones técnicas; en esta época se escriben muchos tratados. El centro de irradiación es Roma, ciudad a la que el papado pretende restituir la grandeza imperial.
La obra que marca el paso al Cinquecento es el templete de San Pietro in Montorio de Bramante (izquierda), realizado por encargo de los Reyes Católicos. Fechado en 1502, en él se concretan los ideales arquitectónicos del Renacimiento pleno, por ello puede tomarse como modelo. La admiración que suscitó se pone de manifiesto en el hecho de que Rafael lo representase en sus Desposorios de la Virgen.
Giuliano de Sangallo fue otro arquitecto destacado. Miguel Ángel construyó la nueva Sacristía de la Basílica de San Lorenzo, la Escalera de la biblioteca Laurenziana en Florencia y la basílica de San Pedro del Vaticano, edificio en el que ya habían trabajado Bramante, Sangallo y Rafael. Es un edificio de planta central (cruz griega) coronado por una gran cúpula, de 119 metros de altura interior, inspirada por la admiración que sentía por la de Santa Maria dei Fiori de Brunelleschi. Acaba el Palacio Farnesio y urbaniza el Campidoglio (colina capitolina).
El arquitecto Vignola tuvo una enorme influencia posterior por medio de su tratado Regola delli cinque ordine d'arquitettura y de su obra Il Gesù que crea el modelo de templo jesuítico que se divulga a todo el mundo.
Palladio escribe I quattri libri dell'arquitettura, verdadero manual de arquitectura hasta el neoclasicismo. Construye la Basílica mercantil de Vicenza, la Villa Capra o Villa Rotonda (foto arriba), el Teatro Olímpico de Vicenza y el templo de San Jorge de Venecia.
El Renacimiento en la península Ibérica
En España existe una clara continuidad entre la arquitectura gótica y la renacentista; se habla del gótico florido y del plateresco. El gótico se prolonga en el tiempo y a él se superponen elementos renacentistas y mudéjares. Son ejemplos el Palacio Mendoza en Guadalajara, la Casa de las Conchas en Salamanca, la fachada de la Universidad de Salamanca, (foto abajo)
el convento de San Esteban de la misma ciudad, el Convento de las Dueñas o San Juan de los Reyes, en Toledo. Existe también en España una vertiente de la arquitectura renacentista que es más clásica, es decir, más italianizante; buenas muestras de ésta son la Sacristía de la catedral de Sigüenza y el Palacio arzobispal de Alcalá, ambos de Alonso de Covarrubias. Diego de Siloé aplica los principios renacentistas en la Capilla Mayor de la catedral de Granada; Pedro Machuca construyó el Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada, con fachada de orden jónico y muro exterior almohadillado. La fachada de la Universidad de Alcalá de Rodrigo Gil de Hontañón contiene todos los elementos de la arquitectura renacentista.
En la Corona de Aragón, empobrecida tras la crisis de finales de la edad media, hay escasas muestras renacentistas (Casa de Arcediano, en Barcelona y Lonja de Zaragoza) (Foto abajo).
Se suele denominar barroco al arte del siglo XVII. Se trata de un término peyorativo que el neoclasicismo del siglo XVIII atribuye a las obras del siglo precedente, a las que considera anticlásicas (desmesuradas, recargadas, confusas, faltas de equilibrio y orden).
Templos , palacios y villas serán los edificios barrocos más destacados.
La iglesia de Il Gesú de Roma será el punto de partida de la arquitectura barroca. En este templo se otorga un gran protagonismo al espacio en el que se celebra la consagración eucarística: la grandiosa nave longitudinal, cruzada por un brazo que no sobresale, y la inmensa cúpula están pensadas con este fin.
Los palacios deben ser símbolos de las monarquías absolutas triunfantes en este siglo. La villa es la primera manifestación del deseo de la nobleza y alta burguesía urbanas de huir de la ciudad y vivir en el campo, pero no como campesinos o nobles terratenientes, sino como refinadas gentes de ciudad.
El templo barroco
En el templo barroco se mantienen las plantas basilicales, pero predominan las centrales, cada vez más complejas: plantas circulares, elípticas, octogonales y de cruz griega.
Respecto a los soportes, hay que tener en cuenta que en el barroco lo constructivo y lo decorativo se funden, así como también lo simbólico. Las columnas, elementos constructivos, se hacen decorativas hasta llegar al extremo de la columna salomónica y son también el símbolo de la solidez y elevación de la Iglesia Católica.
Se emplean todo tipo de cubiertas, pero el elemento distintivo es la cúpula, que cubre e ilumina. Su vertiente simbólica es también importante: se eleva hacia los cielos.
Las fachadas son importantísimas en el barroco, puesto que este estilo busca integrar el edificio en el conjunto urbano. Por esta razón, a menudo la fachada no guarda relación con el interior sino que responde al proyecto urbanístico exterior. La fachada debe llamar la atención de los fieles. La entrada se sitúa en el centro de la fachada y es monumental; está cubierta por un frontón u otro elemento decorativo; decorada con columnas, nichos, ménsulas, etc. Las fachadas son, en muchas ocasiones, curvas (cóncavas, convexas) y su perfil crea un entramado de luces y sombras que refuerza el protagonismo de la pantalla.
Como artífices, en Italia destacan Gian Lorenzo Bernini (también arquitecto, además de escultor) y su discípulo Francesco Castello, más conocido como Borromini. El baldaquino que cubre el altar mayor de San Pedro del Vaticano, la iglesia de San Andrea del Quirinal (Roma) y la gran columnata de la plaza de San Pedro del Vaticano son obras de Bernini.
Borromini construye Sant'Agnese, San Carlo alle Quattro Fontane (de planta elíptica, compleja fachada con columnas exentas, cornisas sobresalientes y profusión de líneas curvas) y Sant'Ivo alla Sapienza (con cimborrio de muros ondulantes y linterna en hélice cónica.
El palacio barroco
Mientras que en Italia la arquitectura religiosa sigue manteniendo el liderazgo, en Francia, aun sin abandonar la construcción de templos (Los inválidos de París, obra de Mansart, por ejemplo), la arquitectura barroca dará sus mejores frutos en la arquitectura civil, especialmente la palatina.
Son características del gusto barroco francés el mantener en las fachadas la concepción y líneas clásicas (columnata exterior del Louvre de París, obra de Claude Perrault) y construir interiores suntuosos, llenos de espejos, techos decorados, etc.
El palacio de Versalles es la muestra más acabada de la arquitectura barroca francesa. El arquitecto Mansart concibe su planta y alzados. De dimensiones gigantescas, en este palacio domina la horizontalidad, reforzada por la división del edificio en tres plantas y cuerpos. El ritmo de la fachada de Versalles lo marca la repetición de cuerpos, repetición que rompe la atonía de este inmenso paramento d e 600 m. de longitud.
La arquitectura barroca ibérica
La arquitectura barroca española destaca por su originalidad en muchos aspectos. Mientras que no se alteran las formas constructivas de siglos precedentes, la decoración se hace más profusa que en cualquier otra zona de Europa. Quizá pueda establecerse un paralelismo con lo que ocurre en los campos económico y político: lo estructural es frágil, pero la pompa lo recubre todo.
Es difícil datar en España los inicios del barroco arquitectónico. El monasterio de El Escorial puede ser definido como renacentista, pero también como barroco por lo que tiene de desmesurado. El plano general del edificio fue obra de Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera fue su arquitecto definitivo. Juan Gómez de la Mora es el primer arquitecto que se considera barroco, al romper con el clasicismo en el Convento de la Encarnación de Madrid. Francisco Bautista construye San Isidro el Real (Madrid), plenamente barroco.
PALABRAS CLAVE:
Filippo Brunelleschi, cúpula, arquitectura, renacimiento, florencia
"Cúpula de Santa María dei Fiore" de Filippo Brunelleschi. Arquitectura renacentista italiana. 1418-1446 (Quattrocento) Florencia, Italia.
114 m (alto) x 41'7 m (diámetro)
Se trata de la cúpula de la catedral de Florencia. Santa María de las Flores (Santa María dei Fiori) es una catedral gótica, iniciada en 1296 por el arquitecto Arnolfo di Cambio y continuada desde 1331 por Giotto, quién realizó su bello campanile exento, y posteriormente por otros arquitectos. La catedral tiene planta de cruz latina con tres naves. Como es típico en el gótico italiano, tiende a la horizontalidad y a la policromía, al intercalar hiladas de piedra y mármol. En 1418 la Corporación de la Lana convocó un concurso para elegir el mejor proyecto para construir una cúpula sobre el crucero, que aún faltaba. La maqueta presentada por el arquitecto Filippo Brunelleschi ganó el concurso, al que también se había presentado Ghiberti.
Materiales: Ladrillo, piedra y mármol
Planta e interior: Brunelleschi ganó el concurso gracias a su innovador sistema constructivo: sin cimbras de madera y empleo de un aparejo de ladrillo hueco en forma de espina de pez, utilizado ya por los romanos. Planteó la grandiosa cúpula- de casi 43 m. de diámetro- como un doble cascarón con un espacio vacío en medio: el cascarón interno era de forma semiesférica, el externo era apuntado, dividido en ocho partes triangulares divididas por nervios exteriores de mármol. Aligeran el peso en el exterior diversas semicúpulas de descarga y, desde el interior, una serie de costillas horizontales concéntricas y nervios ocultos.
Exterior: La cúpula se alza sobre un tambor octogonal de piedra revestido de placas de mármol (blanco, verde y rosado), con una gran ventana circular (óculo) en cada uno de sus lados . La cúpula, cuyas ocho caras están cubiertas de tejas rojas planas , tiene un aspecto esbelto gracias a su perfil apuntado, debido a la curvatura de los nervios de mármol blanco que la recorren ascendiendo hacia la cúspide. En la unión de los nervios aparece una estilizada linterna, punto de fuga del sistema, terminada en 1471, ya muerto Brunelleschi. En ella se emplean volutas.
Estilo: esta cúpula es la primera obra renacentista. Está inspirada en los sistemas de construcción romanos, especialmente en la cúpula del Panteón de Agripa, y también en la tradición gótica, pero los supera . Unifica y centraliza el espacio del edificio.
El autor: Brunelleschi, Filippo (1377-1446). Genial arquitecto, orfebre, ingeniero y constructor de máquinas, fue el descubridor de la perspectiva moderna. Buen conocedor de matemáticas y geometría, inventó nuevas técnicas constructivas. Se inspiró en modelos arquitectónicos paleocristianos, romanos y góticos, pero racionalizándolos. Algunas de sus obras son: las iglesias de San Lorenzo y del Santo Spirito, la capilla Pazzi, la logia del Hospital de los Inocentes, el palacio Pitti, así como la obra estudiada, todas ellas en Florencia.
Significado: La cúpula superaba en altura y destacaba del resto de las edificaciones de la ciudad de Florencia. Dominaba la perspectiva y jerarquizaba el espacio urbano. Era el símbolo del orgullo de esta ciudad-estado, la más prestigiosa del siglo XV. La cúpula tendrá un enorme éxito y será muy imitada durante el Renacimiento, dentro y fuera de Italia. Miguel Ángel se inspiró en ella para su cúpula del Vaticano. Posteriormente, tanto en Europa como en América, se realizarán otras cúpulas siguiendo el modelo de Brunelleschi. Ejemplos: la cúpula de la catedral de San Pablo en Londres (siglo XVII) y la del Capitolio de Washington (comienzos del XIX).
GIOTTO DI BONDONE (1267-1337): el pintor más importante de la escuela de Florencia, en el Trecento. Es precursor del Renacimiento, ya que creó un nuevo lenguaje al romper con la maniera greca de pintar, es decir con la tradición bizantina. En sus pinturas, con fondos de paisajes, busca captar la realidad. Se preocupa por el volumen de sus figuras, achaparradas y monumentales, por la perspectiva y por la expresión de los sentimientos. Obras destacadas: los frescos de la Basílica de Asís, de la Capilla de los Scrovegni, en Padua, y de la Capilla Bardi en la Santa Croce de Florencia.
PALABRAS CLAVE:
Románico, cruz latina, crucero, tribuna, bóveda de cañon, abocinado, arquivoltas, dintel, tímpano, parteluz, jambas, composición simétrica, isocefalia, Gislebert, Magdalena de Vézelay, Juicio Final de San Lázaro
Portada principal de la iglesia de San Lázaro de Autun. Borgoña, Francia. Escultura monumental de arte románico.
Cronología: hacia 1130.
San Lázaro de Autun es una iglesia de peregrinación francesa, donde se guardan las reliquias de este santo, convertida posteriormente en catedral. La planta es de cruz latina; el interior presenta tres naves y crucero marcado, con tribuna y cubierta de bóveda de cañón reforzada con arcos fajones.
La obra a comentar es una típica portada románica. El pórtico es la entrada a la Jerusalén celestial que es la iglesia; está abocinado con tres arquivoltas de medio punto; presenta vano con dintel sobre el que descansa el tímpano semicircular, apoyado en el parteluz.
La portada es el lugar preferente para la escultura en relieve en el Románico. Las artes plásticas románicas (escultura y pintura) estaban subordinadas a la arquitectura.
Materiales: la piedra. Posiblemente estuviera policromada originalmente.
Técnica: la talla de piedra es plana, mediante incisiones con cincel, taladro y trépano. Es un mediorrelieve.
Tema: en el tímpano el escultor ha representado el Juicio Final. En el centro destaca Cristo como Juez Supremo, grandioso e hierático, sentado en el trono, con los brazos abiertos y mirando al frente, rodeado de la mandorla o almendra mística; en los ángulos hay unos arcángeles muy estilizados, deteriorados los dos de arriba. A la derecha de Cristo aparecen los Apóstoles -muy alargados y esbeltos- contemplando el juicio; en otra escena unos ángeles tocan las trompetas y transportan a los bienaventurados al cielo, representado por un palacio con ventanas de arcos de medio punto; a la izquierda vemos a San Miguel pesando las almas, con los pecados en un platillo y las virtudes en otro; más allá, unos monstruosos demonios inclinan la balanza para hacer trampas, otros agarran a los condenados y los arrojan a la sima del infierno. En un registro superior están la Virgen y santos. En el dintel, las figuras desnudas de los muertos salen de sus tumbas; a la izquierda, las almas de los elegidos alzan los brazos hacia los ángeles; en el centro, el arcángel Miguel, blandiendo una espada, lanza a los condenados, que se contorsionan aterrorizados, a su destino. En las arquivoltas se representan temas vegetales enlazados y un zodiaco; la primera arquivolta es lisa. En las jambas no hay estatuas adosadas, sino dos pilares acanalados con capiteles decorados con un tema profano: dos hombres a caballo. Hay tres columnas adosadas a cada lado con fustes geométricos. Los capiteles son historiados, posiblemente con escenas religiosas del Antiguo y Nuevo Testamento.
Dividiendo en dos la portada vemos un parteluz, decorado con la imagen de San Lázaro, el patrón de la iglesia, con báculo y rodeado de dos figuras -santas o virtudes, quizá-.
Esta temática apocalíptica era muy común en las portadas principales de las iglesias, orientadas al oeste (por donde se oculta la luz del sol (identificado simbólicamente con Cristo). Los teólogos de la Iglesia imponían a los artistas las directrices y la iconografía. Las fuentes más usadas son el Apocalipsis de San Juan, el Antiguo y Nuevo Testamento y el Bestiario fabuloso oriental.
La composición: es muy sencilla, cerrada, simétrica. Todo gira en torno a la figura central de Cristo, que da unidad al tímpano. Un eje vertical parte de la cabeza de Cristo hasta el parteluz, organizando simétricamente las diversas escenas, estructuradas en dos registros horizontales, separados por un ribete de piedra. Las figuras están jerarquizadas, son frontales, se adaptan al marco y son antinaturales pero muy expresivas. Cristo da sensación de estatismo, aunque predominan las líneas rectas, las fantásticas curvas de cuerpos y pliegues sugieren movimiento. Existe falta de profundidad y horror vacui: todo el espacio está cubierto de decoración; el artista ha prestado gran atención a los detalles, es una composición muy anecdótica.
Función: es claramente didáctica. La portada enseñaba a los fieles su destino final, según se comportaran en la tierra. En un mundo teocéntrico, dominado culturalmente por la Iglesia, las imágenes adoctrinaban a los fieles, por lo general analfabetos. El hombre, creado por Dios, pecador y condenado al trabajo, debía huir de este mundo para salvarse superando todos los obstáculos pecaminosos que este "valle de lágrimas" le deparaba e imitando la vida de Cristo y de los santos, que servían de modelo. Estos seres llenos de virtudes habían logrado huir del placer y los vicios de la vida cotidiana y vencer al Maligno. Los hombres debían hacer lo mismo para evitar sufrir horribles castigos en el Infierno.
El estilo: al que pertenece esta obra es el Románico. En la portada de la catedral de Autun se ven muy bien las características típicas de este estilo de Europa Occidental durante los siglos XI y XII. La escultura románica es antinatural y simbólica, con clara tendencia a la abstracción, de influencia bizantina que llega a Occidente a través de Italia. En la composición, muy clara y ordenada, imperan el "horror al vacío", la frontalidad, la simetría, el equilibrio, la isocefalia. Las figuras son solemnes, hieráticas, planas, carecen de volumen. La escultura no tiene perspectiva ni profundidad, se rige por la ley de adaptación al marco, lo que favorece las deformaciones. El escultor no busca la belleza sino la expresividad, por eso las figuras están desproporcionadas y sus rasgos exagerados o deformados, para resaltar determinadas partes del cuerpo (cabeza, ojos, manos). Es una escultura hecha con la mente, no con los sentidos.
El escultor y su época: la portada está firmada por un escultor llamado Gislebert, uno de los primeros artistas figurativos de la Edad Media de nombre conocido, ya que la mayoría son anónimos. Sin duda se trata de un artista que ha visto las miniaturas mozárabes pero interpreta los modelos orientales con gran originalidad. Su estilo presenta similitudes con las esculturas de la Magdalena de Vézelay, otra iglesia borgoñona. El Juicio Final de San Lázaro es el primero que se hace y sirve de ejemplo para otros muchos que se hicieron posteriormente en las catedrales góticas.
DEFINICIONES:
crucero: espacio en que se cruzan en un templo dos naves perpendiculares. También llamado transepto.
tribuna: pasadizo sobre las naves laterales.
bóveda de cañón: se genera por la prolongación de un arco de medio punto.
abocinado: que son más anchos en el exterior que en el interior.
arquivoltas: conjunto de los arcos de la portada.
dintel: elemento arquitectónico horizontal que soporta una carga.
tímpano: espacio entre las arquivoltas y el dintel.
parteluz: columna que divide en dos un vano. Se llama también mainel.
jambas: las dos partes verticales que enmarcan una puerta.
composición simétrica: es expresión del orden divino
isocefalia: "igualdad de cabezas", es decir, todas las cabezas de los personajes colocadas a la misma altura.